jueves, 18 de octubre de 2012

Antes en una alcantarilla que en un pedestal #GallinaVasca 73


ANTES EN UNA ALCANTARILLA QUE EN UN PEDESTAL


  
Estaba muerto de miedo, pensaba que alguien entre la multitud me iba a disparar con un rifle
-Tommie Smith-


 Será que hemos perdido la imparcialidad y nos hemos vuelto unos avinagrados pero ¿acaso no ha caído el olimpismo en un descarado mercadeo de oropeles? Desde el infumable concursito call-tv entre prueba y prueba de TVE hasta las zapatillas fosforita de Nike. Todo nos parece una cegadora feria publicitaria al servicio del dinero. Incluso las cucamonas de los velocistas jamaicanos o los gestos deportivos que hemos apreciado nos parecen variables en una ecuación de marketing.
Han acabado los juegos y hasta se han batido algunos records del mundo pero pasan los años y todavía no se ha superado la mejor foto de la historia del olimpismo, la que acaban de ver: los medallistas de los 200 metros lisos en México 68 desafiando al himno norteamericano.

 Dicen que los guantes los compró la mujer de John Carlos (medallista de bronce), dicen que Tommie Smith (medallista de oro) se dejó su par en la villa olímpica y que fue Peter Norman (medallista de plata) quien sugirió que compartieran los guantes, dicen que en los once años que duró su record del mundo (19.83), Tommie Smith sólo pudo conseguir empleo como lavacoches a 3 dolares la hora, dicen que el ideólogo de la protesta fue el sociólogo afroamericano Harry Edwards, unos dicen que el público los abucheó y que algunos gritaron “negros!, largaros a Africa!”, otros dicen que en el estadio sólo hubo un murmullo de estupefacción.
Y decimos “dicen” porque los medios de comunicación en vez de aclarar cosas como éstas se dedicaron a condenar la actitud de los atletas. Como la prestigiosa revista Time que tituló la noticia con un Angrier, Nastier, Uglier (más rabioso, más sucio, más feo), una cínica versión del lema olímpico Faster, Higher, Stronger (más rápido, más alto, más fuerte).

“Si gano soy norteamericano, si hago algo malo soy un negrata. La América negra entenderá lo que hicimos hoy”

Lo que sí quedó claro para la historia es lo que ocurrió aquel 16 de octubre de 1968. Smith y Carlos entraron descalzos y con calcetines negros simbolizando la pobreza de la América negra, Carlos llevaba el chandal desabrochado en apoyo a los obreros de cuello azul y un collar de cuentas en homenaje a "las personas que fueron linchadas o asesinadas y nadie ha hecho una oración por ellas, para los que fueron ahorcados y para los que fueron arrojados al agua en mitad del pasaje”. Peter Norman se solidarizó y portó juntó al corazón una pegatina del OPHR (Proyecto Olímpico por los Derechos Humanos). Cuando comenzó a sonar el himno de las barras y las estrellas los atletas estadounidenses bajaron la cabeza y levantaron el puño.
El presidente del COI, reconocido filonazi y defensor de la supremacía blanca, el norteamericano Avery Brundage se quedó horrorizado y expulsó a los atletas de los juegos y la villa Olímpica.

“Este gesto destrozó mi vida pero hizo de mi país un sitio mejor”


Cuando regresaron a los Estados Unidos los medios de comunicación los lincharon, ambos atletas recibieron en su correo amenazas de muerte a diario, la madre de Smith murió de un ataque al corazón dos años después, la mujer de Carlos (la que compró los guantes) se suicidó en 1977.
La Norteamérica oficial no los redimió hasta 1984 cuando el Comité Olímpico Estadounidense solicitó su asesoramiento para los Juegos de Los Angeles 84. En 2005 la Universidad de San José en California homenajeó a sus ex-alumnos con una escultura inmortalizando el momento del podium.

Al australiano Peter Norman no le fue mejor. Aunque su actitud no fue tan notoria, terminaría pagando su apoyo a los afroamericanos llevando la pegatina de su movimiento. Tampoco le ayudó afirmar que simpatizaba con la causa de los aborígenes de su país y que detestaba las prácticas de la policía de su gobierno racista blanco. Además de la reprimenda institucional, los medios de comunicación australiano le marginaron. A pesar de clasificarse para los Juegos de Munich 72 fue excluido del equipo olímpico. Una lesión en el talón de Aquiles derivó en cangrena y estuvo a punto de perder la pierna. Obligado a retirarse cayó en la depresión y el alcoholismo y murió de un ataque al corazón en 2006. Tommie Smith y John Carlos portaron el féretro en su funeral. Las palabras que le dedicó Smith en el sepelio emocionarían hasta al cabrón de Avery Brundage:
"Lo que nosotros defendimos fue más grande que cualquier evento deportivo. Ahora que estamos aquí pensando en Peter Norman, también lo hacemos pensando en la grandeza de un hombre que dijo: yo estoy con ustedes, no antes que ustedes ni detrás de ustedes, pero sí firme con ustedes.
Peter fue un soldado solitario en Australia. Muchas personas en este país no entendieron por qué aquel joven blanco apoyó a aquellos negros. Peter fue un australiano muy orgulloso de serlo, y muy orgulloso de representar a su nación. Pero aún más grande que todo fue cuando Peter dijo que se sentía orgulloso de representar a la raza humana. Estoy aquí, frente a él, para brindarle mi total respeto”


miércoles, 3 de octubre de 2012

BELÉN ESTEBAN. LA PRINCESA DESTRONADA. #Galina Vasca 75

Publicado 15 de septiembre.

No tenemos ni pizca de ganas de hablar sobre Belén Esteban pero ha sido poner su nombre en la cabecera de esta página y usted, en vez de pasar la página como hace habitualmente, se ha detenido a ver que tenemos que contar sobre la princesa del pueblo. Así de asqueroso, imbécil y previsible es usted, querido lector.
La Esteban ha causado baja temporal en nuestras pantallas. Se siente sola y vacía, incomprendida y apaleada. La burbuja Belén Esteban ha estallado. Sin marido, sin amigos en el plató de Sálvame y sin el manto protector de Jorge Javier Vázquez. Atacada por todos los frentes posibles ha acabado en los brazos de un psiquiatra para poder superar su particular crepúsculo de diva. Para beneficio de Tele5 que sabe rentabilizar este tipo de dramones como nadie. 

 

Yo no soy una chulita, así que ten mucho cuidado, vale?




Todavía no ha llegado a los cuarenta -cumple 39 en noviembre- pero parece que lleva toda la vida en las nuestras. En realidad, todo comenzó hace quince años cuando Jesús Janeiro -por entonces un matador de toros famoso por llenar las plazas con mujeres entregadas que le lanzaban bragas- vio a Belén en bikini en una playa de Benidorm. El flechazo fue inmediato, se arrejuntaron y tuvieron una hija. Pero la personalidad directa, imprevisible y avasalladora de la Esteban nunca agradó a su familia política y al poco tiempo fue expulsada de la finca familiar de los Janeiro con una mano delante y la otra detrás. Lejos de resignarse con una demanda y llevarse su trozo de pastel, la Esteban ofició su vendetta a lo grande, por la televisión y para toda el país. No se cortó a la hora de destapar secretos, conspiraciones y traiciones. Su origen humilde, sus formas gruesas y su carácter indomable calaron en el populacho hispano que ha celebrado sus ataques en antena contra los Janeiro durante los últimos diez años. Un culebrón con tintes de epopeya que sólo podría funcionar en un sitio como España.
No vamos a negar que Belén tiene una notable capacidad de comunicación no verbal -levantamiento de cejas y caidita de ojos mayormente- y combina perfectamente sus arranques viscerales con unos toques de ingenuidad que descolocan. Pero en general resulta dominadora, absorbente y agotadora, sobre todo para los que tiene a su alrededor. ¿cuál es entonces la receta de su éxito?
Creemos que está en aquel día en que los reporteros callejeros captaron una frase ya mítica que salió desde su pisito veraniego de Benidorm: “Andreita, coño, cómete el pollo!”. Este es un momento clave en la trayectoria de Belén, el momento en el que deja de ser la exmujer del torero para convertirse en una show-woman con todas las letras y que llegará a su máximo esplendor con el ya mítico "Pero ¿qué hago yo en el Telediario? Ni que fuera yo Bin Laden".
En medio de estas célebres citas, la Esteban ha sabido combinar sabiduría choni ("Mi abuela me pregunta ¿qué es yonki? Yo le digo una secta, como los Hare Krishna", "Prefiero tener un hijo maricón que un presunto ladrón", "¿Qué yo doy pena? Pues mira, como dice mi madre, pena es la mujer del pene"), con perlas de toque surrealista que reinventan el idioma (“Me he esterilizado la nariz”, “Un córremeidile...”, “Pareces el jorobado de Roterdán éste...”, “Dubroknik la perla del Antártico”)

 

 El retrato de Dorian Gray. Versión Tele5.0.










Belén Esteban se merece su sueldazo de 100.000€ al mes y más. ¿Cuántas personas hay capaces de entrar en el subconsciente colectivo de un idioma con expresiones intraducibles a cualquier otra lengua? Sí, hablamos de “yo por mi hija ma-to”,” arrriba la esteban”, “mmme lo llevo” o “¿me entiendes?”.
Dejamos para el final su propia interpretación de la historia, de una lógica infantil tan disparatada e imaginativa como divertida, a la altura de un sketch de Faemino y Cansado:
La Edad Media es hasta que los seres humanos hacen la escritura”,En la Edad Media hay como tres partes: paleolítico, neolítico... ¿o en la Edad Moderna?”, “Pues mira, la Edad Moderna está bien, porque es ahora mismo en la que vivimos”, “La Contemporánea es lo que viene, ¿no? O que ya ha pasao", “Yo tengo que decir que las edades medias, modernas, contemporáneas, futuristas, pasadas están muy bien porque te enteras de los monumentos que han hecho”.
No faltará el clásico lector de la Gallina Vasca que no valore la colección de aforismos de la Esteban más que a los rebuznos de una mula. Ese ciudadano cultivado y refinado poliglota que piensa que Belén Esteban es una necia . No, no, no, querido lector, el necio es usted por haber seguido leyendo hasta aquí.