lunes, 28 de enero de 2013

Crónicas de un adicto #la Gallina Vasca 77

Publicado 13 de octubre 2012

EQUIPO DE INVESTIGACIÓN. 

No se pierdan los viernes a la medianoche este programa presentado por Gloria Serra, para entendernos, la rubia de pelo corto y sugerentes pechotes que le hacía los reportajes al cara de piña en La noria. Como se acordarán, Gloria dejó la cadena enemiga y fichó por Antena3 para hacer periodismo con mayúsculas, es decir esos reportajes de investigación hechos para meter miedo y aterrorizar al personal. La verdad es que lo han conseguido, por lo menos con el programa del proxeneta ruso. Las imágenes del capo eslavo gordo en una boda amenazando de muerte a cualquier infeliz que le llevase la contraria o los escalofriantes videos que enseñaban la metodología para someter mujeres y convertirlas en eficientes prostitutas son para mearse encima del acojono. En el siguiente reportaje sobre La Pantoja y el Cachuli ya nos perdimos entre tanto extracto bancario, tanto fondo desviado y tanta empresa fantasma.
Se puede decir, Equipo de investigación le ha ganado la partida a Mercedes Milá en ese género de periodismo flipado y desbordante, del tipo “me creo Mulder y Scully voy a ganar el Pulitzer mostrando a la humanidad la cruda realidad del mundo”. A decir verdad, lo más  subyugante del programa no son los contenidos sino la edición. Cortinillas relampagueantes, zooms con puntos de mira al estilo Terminator, anotaciones con efecto máquina de escribir... y todo con su correspondiente efecto sonoro digital. Aviso para los fumetas: ver este programa bajo los efectos
de un porrito puede provocar taquicardias y/o parada cardio-respiratoria. No nos extrañaría que en un futuro haya casos de epilepsia y desmayos al estilo de los niños nipones de hace 15 años viendo  Pokemon.




FUTBOL. Punto Pelota y Futboleros.

No vamos a descubrir a estas alturas la fascinación que sentimos por estos programas. Se acabaron los latenights, los Sardas y los Buenafuentes. El populacho -y nosotros los que más- quiere futbol y gente vehemente, fea y de escasa capacidad intelectual opinando sobre si hubo contacto en el área o si el entrenador debió cambiar el esquema táctico al empezar el segundo tiempo.
De esta manera, como la semana pasada se jugó el clásico del fútbol español, hemos podido disfrutar de horas de acalorado debate sobre el encogimiento de brazo de Iker Casillas en el segundo gol y sobre la posible decadencia de este simpático guardameta también conocido como el Santo (no confundir con Jimi el Santo de Cosas que hacer en Denver cuando estás muerto)
¿Podría haber parado ese balón hace dos años? ¿tenía miedo de aterrizar estampándose contra el poste? ¿por qué no celebra los goles de su equipo? ¿está triste? ¿más triste o menos triste que Ronaldo? Que sí, que todas estas preguntas son muy pertinentes, sobre las que cualquier ciudadano decente debería reflexionar pero, ¿no se están dejando en el tintero las preguntas más importantes?:
¿es consciente de que se está quedando calvo? ¿empezó la caída capilar después de usar el champu  que anuncia su novia? ¿cambiará de peinado?
Acúsenos de frívolos y superficiales pero la imagen de un futbolista por televisión es un asunto de extrema gravedad. Un peinado equivocado del capitán de la selección masculina española de fútbol puede influir fatalmente en la prima de riesgo, el déficit y en la balanza de pagos. Si El Santo no se da cuenta, habrá que crear un decreto-ley para corregir esta desviación.