lunes, 12 de mayo de 2014

MANU CHAO EN MACONDO #LaGallinaVasca 110

Mayo 2014

O DE COMO MELQUIADES ACABO CON LA MANO NEGRA

Mano Negra lo tenía todo en 1989. Después de una memorable gira en el barrio parisino de Pigalle, la prensa  los había encumbrado como "lo mejor que ha salido de Francia desde Brigitte Bardot "

En 1992 realizan una original gira en Latinoamérica. Se le llamó el Cargo Tour 92 y fue una aventura sin precedentes en los grupos rock superventas. Moviéndose en un barco por la costa atlántica de Sudamérica, el grupo ofrecía conciertos en las ciudades que desembarcaban. El show incluía también la actuación del grupo de teatro Royal de Luxe. La gira duró seis meses y se ofrecieron espectáculos en Venezuela, Colombia, México, Cuba, Santo Domingo, Brasil, Ecuador, Uruguay y Argentina.


Antes del tren fue el barco. En la gira del Cargo92 Mano Negra partió de Nantes para dar conciertos en diferentes puertos de America latina. El interior del carguero estaba decorado como una típica calle de la ciudad que patrocinó la aventura. El barco fue bautizado como Melquiades. Años después García Márquez confesó a Ramon Chao que su personaje Melquiades estaba inspirado en Nostradamus dando a entender que la conexión Colombia-Francia era de ida y vuelta.



Cuando acabó la gira del Cargo el clima de la banda estaba calentito. Antoine Chao (trompeta), Daniel Jamet (guitarra) y Jo Dahan (bajo) habían abandonado el grupo exhaustos de un tour en el que, además de músicos, tuvieron que oficiar de actores de teatro, mecánicos navales y pipas.
El resto se embarcaron a finales de 1993 en una nuevo y disparatado proyecto: El tren de Colombia. Se trataba de avanzar desde el balneario caribeño de Santa Marta, la ciudad más antigua de Colombia y la ciudad donde murió el libertador Simón Bolivar, hasta Bogotá. El medio de transporte debía de ser el tren.
Las dificultades no eran para tomárselas a broma: primera, en Colombia había red ferroviaria pero no había trenes, llevaban quince años sin utilizarse. Esto quiere decir que debían apropiarse un tren, arreglar los tramos intransitables y no sobrepasar la velocidad de 25 kms/hora ante el peligro de descarrilamiento. Segunda, el cauce de la ruta, el Magdalena Medio, era a la sazón una de las zonas más violentas del planeta. Y tercero, la financiación. La decisión de ofrecer el espectáculo gratuito y para todos los públicos amenazaba con la ruina económica del proyecto.

Pero funcionó o así lo describió Ramon Chao en su libro Un tren de hielo y fuego. Mano Negra en Colombia. Los ingredientes que se ofrecían en cada estación de paso eran jugosos: un reclamo masivo (Mano Negra), un grupo de rock (French Lover´s), una compañía de teatro (Royal de Luxe), unos trapecistas, una iguana gigante que lanzaba fuego, un vagón de tatuadores y un bloque de hielo de cinco metros cúbicos y diez toneladas de peso que aguardaba su destino en un vagón.



Ramón Chao. Gallego. Francés. Periodista de Le Monde Diplomatique. Izquierdista. Virtuoso del piano. Caballero de las artes y letras francesas. Padre de Manuel y Antoine.


Porque como telón de fondo estaba Cien años de soledad. Reciten una vez más su comienzo:
“Muchos años después, frente al pelotón de fusilamiento, el coronel Aureliano Buendía había de recordar aquella tarde remota en que su padre lo llevó a conocer el hielo.” Pues eso, el hielo. La esencia de todo el proyecto era llevar el hielo a Macondo tal y como lo hizo el gitano Melquiades hace tanto tiempo.
Aracataca es el pueblo natal de García Márquez, lo más parecido a Macondo en este mundo extra-Gabo y prosaico. A setenta kilometros de Santa Marta. Allí paró el tren de la Mano Negra el 26 de noviembre de 1993 y los niños pudieron tocar el hielo y ver a la iguana lanzando fuego y todo lo demás.
Tres días después, saturados física, mental y testicularmente, Santi Casariego (bateria), Garbancito (percusión) y Kropol (trombón) deciden pirarse a París. De la banda sólo quedaron en el tren Tom Darnal (teclados) y Manu Chao aunque el primero por entonces parecía estar más interesado en hacer tatuajes que en la música. Fueron los únicos del grupo que pudieron presumir de haber vivido la muerte de Pablo Escobar surcando el Magdalena, el río de El Patrón.
Así acabó lo más grande que le había pasado a Francia hasta que llegó Zinedine Zidane.

Por fortuna, el grupo alumbró tras la ruptura su mejor disco: Casa Babylon, que ha cumplido 20 años de lanzamiento este día diez.