TOCADO PERO NO HUNDIDO by Kristo Puto @ La Gallina Vasca 53

¡Pobre alcalde! Él que venía de ganar una etapa en la Vuelta ciclista a España, que iba todo sobrado en una autopista directa para ganar el Oscar al mejor alcalde, el Grammy al mejor gestor, el premio Nobel de la paz y el Premio Shangai al más Farolín y van éstos de Kukutza y lo joden todo. Y encima ahora hay que pagar 170.000€ en desperfectos, con lo que cuesta que cuadren las cuentas, trasparentemente, ojo. Que si los monetaristas de Adam Smith creían en la mano invisible, el equipo de Azkuna es el dedo transparente que orquesta nuestra villa.

Pero vayamos por partes. El Alcalde Azkuna ha demostrado ser el mejor alcalde de la historia universal. Cómo nos ha dejado la villa! llena de espacios post y la mar de chulis. Piensen en todas las plazas que ha remodelado (Bizkaia, Campuzano, Corazón de María, Indautxu...) y en su artística asimetría. Si a usted, persona de pocas luces, estos sitios le parecen raros y un pelín disfuncionales, es que usted es un retrasado y un filoterrorista. Si todos los bilbaínos sediciosos, en vez de quejarse tanto, pusiera unas pegatinas institucionales en sus coches y hogares (sí, las de la B gigante o la hojita de la Diputación) seguro que veían las cosas de otro color. Tristes, que son unos tristes.

"Si alquilan un local les daremos algo de pasta"
 -Iñaki Azkuna-

Azkuna recogió una ciudad sucia y gritona y miren que maravilla nos ha dejado. Ha despiojado y puesto orden con la sutil persuasión de libreta y bolígrafo de nuestros impagables policías municipales. Ha impulsado el negocio de la gente de orden, de la gente que trabaja para la ciudad y para el país, la que no se queja porque está muy ocupada creando riqueza, desarrollo y, porqué no decirlo, felicidad.

Cualquier persona de buena raza botxera contempla nuestro tranvía o el imprescindible nuevo edificio de oficinas municipales junto al Ayuntamiento y se le cae la baba. ¿Y qué me dicen del Paseo de Uribitarte? Ni Venice Beach, ni Miami Beach, ni pollas! Qué belleza! La única pega de este sitio -y tantos otros en la villa- es la gente paseando y afeando el lugar. Estarían mejor y más bonitos estos lugares si se prohibiera la entrada de peatones, que no hacen más que estropear la foto.
Hablando de estropear fotos... Voy a decirlo claro: Kukutza debía ser derruído porque afeaba la villa. Lo que pasaba dentro no tiene mayor importancia, pero si hubieran puesto unas placas de titanio en la fachada, unas barandillas de aluminio en el exterior o unos banquitos en calculado desorden (como los de la Alhondiga). Si hubieran puesto esas pegatas de la B gigante o la hoja de la Dipu... El Ayuntamiento no puede permitir centros culturales de ladrillo con apariencia fabril. Esto es una ciudad post y puntera, joder.

Tampoco olvidemos que la impecable administración del Ayuntamiento nunca se hubiese puesto en duda si no fuera por esos desleales de Bildu. Deberían aprender de una vez a hacer una oposición responsable y constructiva, como Julia Madrazo, PP Gazteak o el gordito del otro partido. ¡Cuánto mejor estábamos cuando los malos eran ilegales!

Eman hostia kuajada pilotari!

Azkuna pilotari, pídelo en tu batzoki la hostia!!

Acertó de pleno nuestro excelentísimo al señalar a los de Bildu como los responsables de los recientes disturbios, aunque a mi entender nada de esto se hubiera producido sin las conspiraciones en la sombra de los judíos envenenando los pozos, la confabulación global judeo masónica bolchevique, los alemanes y Yoko Ono.

En definitiva, nuestro alcalde puede que estar tocado pero nunca hundido. Después de todo, las personas de provecho, las de toros y misa, nunca le fallarán en las urnas.
Porque nadie quiere una ciudad en la que si te vas de vacaciones, al momento unos perro flautas te okupan la casa... No sé porqué pero cada vez que oigo este argumento recuerdo Bill Hicks -el maestro de la stand up comedy- cuando reflexionando sobre Reagan preguntaba a sus compatriotas: ¿Hasta dónde os tienen que meter la polla para que os deis cuenta de que os están jodiendo?”

Cualquier persona demócrata y responsable sabrá distinguir la pegatina leal y constructiva de la envenenada y sediciosa.