lunes, 7 de julio de 2014

La vida sin Jens Voigt #LaGallinaVasca112

La Gallina Vasca, julio 2014


Melancolía. No es el final del verano sino el principio, pero de sólo pensar que seguramente éste sea el último Tour que dispute Jens Voigt nos consume el desasosiego. El año pasado con 41 años ya era el corredor más viejo en correr un Tour de Francia desde la Segunda Guerra Mundial. Ya entonces se daba por seguro que sería su última ronda gala y se dio un homenaje del que sólo corredores genuinos y titánicos como él son capaces. Vistió durante varios días el dorsal rojo que señala al corredor más combativo de la etapa anterior. En la penultima, la última montañosa, se regaló una épica escapada de más de cincuenta kilometros que fue abortada en la ascensión final. “Sabía que no tenía ninguna oportunidad, que Movistar controlaría la carrera para que ganara Quintana  pero primero me tendrían que pillar”.
Voigt es un corredor irrepetible. Combativo e indomable en la carretera, sencillo y simpático fuera de ella. Empezó en el ciclismo cuando su maestra pidió a sus padres que hiciera un deporte: su exceso de energía era un problema para los adultos de alrededor. Deportivamente es uno de los mejores todo-terreno que ha visto el pelotón ciclista en las últimas dos décadas. Siempre combativo y audaz, atacando de lejos. “La mayoría de la gente lo intenta al final, pero yo no puedo”. “Yo veo que el sol brilla, que estoy bien y me digo: vamos”. Voigt convive felizmente con el dolor, su mantra “Shut up legs” (callaos, piernas) lo lleva escrito en la bici para no rendirse en los momentos de flaqueza.

Sus escapadas casi suicidas no han sido un inconveniente para conseguir un honorable palmarés: cinco Criteriums Internacionales, dos etapas del Tour, una etapa del Giro, dos de la Itzulia, Tour del Mediterraneo, Vuelta a Polonia, Gran Premio de las Naciones... Pero han sido muchas las hazañas que han quedado grabadas en nuestra memoria aunque no pisara el primero la línea de meta. Rememoraremos dos ejemplos:
Tour de France, 2010. Voigt ha quedado descolgado de la escapada tempranera cuando subiendo el col de La Madeleine le alcanzan Contador y el líder de su equipo, Andy Schleck, Jens no necesita instrucciones ya sabe lo que tiene que hacer: empieza a tirar como si no hubiese mañana y hace dos kilometros memorables, exprimiendo cada gramo de energía para acabar rendido sobre la bicicleta.


Giro d´Italia, 2006. Escapado con Juanma Garate, su compañero Basso porta la maglia rosa y rueda por detrás. Voigt le pide a su director colaborar en la escapada para disputar la etapa, el director se lo niega, le ordena que no dé relevos, que permanezca a rueda. A falta de pocos kilometros el patrón le dice que todo está controlado con Basso y que sí que puede disputar el triunfo. Voigt renuncia a sprintar por la victoria. “Estaba muy fresco, pero es como quitar el caramelo a un niño, no está bien. No trabajé nada y no era ético pelear por ello.”

Echaremos de menos al bueno de Voigt, a su incansable pedaleo, a sus sonrisas en la línea de llegada mezcladas con sudor y agotamiento. Será el tiempo para su familia, paraa su mujer y sus seis hijos. “Mi lugar en la jerarquía familiar es justo detrás del perro” Aún no nos podemos creer que este sea su última Grande Boucle, de hecho puede que no sea la última. En 2011, al acabar la Vuelta al País Vasco, escribió una carta pública a los aficionados vascos pensando que la de ese año sería su última Itzulia y ya ven, todavía sigue. Recordemosla:

“Mi primera victoria como profesional fue en la Vuelta al País Vasco en 1998. Fue la primera vez que tuve la suerte de vivir la pasión y la equidad de los afcionados vascos. Fue un día frío y lluvioso, a pesar de ello muchos de ellos vieron en vivo el final de la etapa y un gran número de ellos se quedaron a la ceremonia del podio. (…) A veces parece que están casi llorando “¡Venga, venga! y “¡ánimo! ¡ánimo!”. Siempre hay espacio para que los corredores puedan pasar. Nunca abuchean a nadie. Siempre justos y apasionados. Nunca he visto un aficionado vasco causar problemas ni bloquear la carretera ni hacer tonterías. Sois unos fans llenos de pasión por este deporte, los fans más leales, más informados y más apasionados. Entendéis y apreciáis el trabajo duro que hacemos en nuestro deporte”

Jens Voigt, buen adulador y mejor ciclista.