domingo, 27 de marzo de 2011

ATRAPANDO A RUIZ MATEOS # La Gallina Vasca 39

Hoy haremos un recorrido sobre la increible carrera de don José María Ruíz Mateos. No hablaremos del empresario ni del patriarca sino del titán televisivo que ha sido. Aunque nacido en Rota, Cádiz, siempre se le ha considerado de Jerez de la Frontera porque allí creció. Y es que a su padre Zoilo le fueron expropiadas las bodegas que tenía en Rota, (ojo, expropiadas pero pagadas por el regimen franquista) y la familia trasladó el negocio a Jerez, cuna de gigantes televisivos de la talla de Kiko Narváez, Paco Lobatón, Jaime Cantizano o la familia Flores (la de la Faraona, no confundir con el pikolo Antonio David).
Ruíz Mateos siempre ha sido un prodigio, ya de niño metía los ahorros en una caja de zapatos para después ofrecerles créditos a sus hermanos a un módico interés, años más tarde formaría el holding Rumasa que llegó a contar con 65 mil empleados. Cuando el 23 de febrero de 1983 el a la sazón ministro de economía Miguel Boyer expropió Rumasa a mucha gente le parecíó fenomenal, a nosotros también. Lo que no entendimos es que no lo hicieran con el resto de empresas. Si se expropia Galerías Preciados uno tiene la esperanza de que hagan lo mismo con el corteinglé. Después vino su fuga con un bigote y una gabardina, su detención en Londres, el carrusel de juicios, etc.
Pasemos de puntillas por estos datos biográficos y vayamos al grano, al genio mediático, a ese hombre de impecables trajes cruzados con pañuelo en el bolsillo, ese hombre entusiasta que hace la señal de la victoria en las peores de las circunstancias, ese hombre con un innato magnetismo ante las cámaras, ese hombre que siempre ametralla tres calificativos en cada enunciado que nos regala. Colosal, monumental, extraordinario.




Todo empezó en 1989. Ruíz Mateos denuncia por injurias al exministro Boyer, el encuentro de ambos en los pasillos del juzgado forma ya parte del imaginario colectivo. Aquel día Jose María estuvo destacado, sobresaliente, mayúsculo. Recordemos el repertorio: “Eres un cretino, un farsante y un bribón”, “Sal a la calle. Peleemos como machos y como hombres” “que te pego, leche, que te pegoo!” y las gafas del semisocialista Boyer al suelo. Ruíz Mateos, como el gran fighter que es, tiene su propia llave. Muhammad Ali tenía el golpe del ancla, Bruce Lee, la garra del tigre; Undertaker, el Tombstone, Derek Zoolander, Magnum y Ruis Mateos tiene el yo te pego, leche.
Posiblemente haya sido el momento televisivo de la década. Un destacado miembro de Boskovita tuvo el mítico fragmento durante años en una cinta vhs, junto a los partidos de la NBA de Ramón Trecet y nos la ponía cada vez que Íbamos a su casa de matiné.
No es de extrañar que cuando se presentó a las elecciones europeas con la Agrupación Ruíz Mateos sacara un escaño en el parlamento de Estrasburgo. En esa España pre-ley de partidos, Ruíz Mateos no sólo no tuvo que condenar la violencia, sino que ese gesto violento (penoso, simpático y entrañable, sí, pero violento al fin y al cabo) le dio la popularidad que derivó en papeletas.
DE PERFORMANCE
En este momento empezamos ya a disfrutar de nuestro héroe en plenitud de facultades, no sólo refundó el imperio perdido sino que exigió justicia en su estilo único con el que ha pasado con letras mayúsculas a la historia de la España bizarra. Imposible olvidar su debut vestido de Superman a la puerta de los juzgados y haciendo la señal del yo te pego leche. Enorme, exorbitante, tremendo. También apareció en bata, pijama y camilla, de traje tuneado de rayas a modo de reo, con un borrico con las alforjas llenas de mensajes -”chorizos”, “ladrones”, “justicia”-, de húsar napoleónico, de chulapa madrileño, y siempre con el gesto de la victoria apuntando a las cámaras. Nuestro momento preferido es el de la cruz en una semana santa de no nos acordamos qué año. Cuando un agente va a su casa a entregarle una citación judicial, aprovecha para esperarle fuera de casa con una cruz tamaño natural cual Cristo penitente. Cuando aparece el de la citación y, sobre todo, las cámaras de televisión Josemari empieza a andar balanceándose como un nazareno y con la mirada perdida al cielo mientras exclama con resignación: “Dios mío, perdónalos, porque no saben lo que hacen”. Sublime, celestial, glorioso.

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Pasemos a revisitar y degustar sus anuncios:
Bombones Trappa. Parodia de los ferrero-rocher de la Preysler, Ruiz Mateos sale de smoking seduciendo a una filipina y ofreciéndole los bombones a modo de tentación: “Toma Isabel pero que no se entere Miguel”. El último plano, sencillo y efectivo: una caja de bombones abierta y un brazo-puño que aparece, “que te atrappo , leche!”



Flan Duhl. Como ya era dueño del Rayo Vallecano, Ruíz Mateos aparece de rayista con un blanco más resplandeciente que la túnica Gandalf y de delantero en plan Hugo Sánchez, le hacen penalty y el portero es, cómo no, un doble de Boyer menguado y apocado. La resolución ya la saben. El último plano, un flan duhl y una voz que dice: “Flan Duhl de huevo y leche”



ETB-2
Que recordemos dos veces lo vimos en nuestra tele. La primera en el programa de la Forta Inocente, inocente en el que simulan que una nave alienígena se ha estrellado en Vallecas, ahora Estadio Teresa Rivero. La segunda ocasión data cuando desapareció el club de fútbol Sestao Sport. El ínclito jerezano siempre pendiente de empresas endeudadas acude a tierras vascas a ver si puede comprar el club a precio de saldo. Ya que pasa por aquí aprovecha para hacer una visita a los platós de la ETB donde improvisa con dos folios y un boli bic unos carteles insólitos: “El País Vasco es incomprendido” y “Yo quiero al País Vasco”. Para explicar que el problema vasco se debe al alto índice de paro y que los políticos son unos cretinos, farsantes, impostores. Naturalmente se despide haciendo el signo de la victoria.



Con el avance de la Nueva Rumasa legada a su prole, el brillo televisivo de Ruíz Mateos se apaga, máxime cuando en 2007 ingresa en prisión por un delito de números que no entendemos. Ruíz Mateos establece aquí un nuevo record: es el español que entra en la cárcel a edad más avanzada -76 años-. Dicen que fue por un delito de ganancia ilícita, pero nosotros sabemos que la justicia española, valga la paradoja, se la tenía guardada desde aquella vez que dijo ante las cámaras “jueces mariconcillos, castradillos, no tienen huevecillos”.
Ahora con la falta de liquidez de Nueva Rumasa seguimos viendo a Jose María como un ganador, porque no ha fracasado él, ha fracasado el sistema. Nosotros le seguimos viendo como siempre: resuelto, desmesurado, homérico.

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