martes, 6 de septiembre de 2011

BREAKING BAD # La Gallina Vasca 49

C10H15N * 149.24Para entender el principio... Este artículo fue publicado en el primer número de agosto de la Gallina Vasca.


¡Qué les vamos a contar del verano y de la tele que ustedes no sepan ya! La tele en estas fechas es más triste que la Gran Vía bilbaína un domingo estival a las 5 de la tarde. Nos ibamos a ir de vacaciones, estábamos a punto de pillar un bolsón de anfeta más grande que las patillas de Martin Garitano para degustarlo jaietan, cuando recibimos la llamada de Mila & Esther recordándonos que había empezado la esperadísima cuarta temporada de Breaking Bad. Así es, la rabiosa actualidad obliga. El final de la 3a temporada había puesto a Breaking Bad por encima ya de otras insignes series como Dexter o Mad Men.
Recapitulemos. El punto de partida de esta serie es tan sencillo y genial como una partitura de Mozart: Walter White (Bryan Craston) es un profesor de química de un instituto en Albuquerque (Nuevo Mexico- EEUU) que necesita un segundo empleo como lavacoches para pagar la hipoteca. Un día a Walter le diagnostican un cáncer terminal de pulmón. Para asegurar el futuro económico de su familia (mujer embarazada e hijo adolescente minusválido), Walter decide fabricar metanfetamina aprovechando sus conocimientos de química. Para dar salida del producto al mercado, se hace socio de un ex-alumno del instituto: Jesse Pinkman (Aaron Paul). El choque entre estos dos personajes nos regalará inolvidables momentos de comedia negra a lo largo de las dos primeras temporadas.
La serie de AMC no tiene nada que envidiar al buque insignia de todas las series, HBO. Tiene todos los elementos de esta firma:
-Una trama que avanza pausada pero como una apisonadora: Walter hace posiblemente el cristal más puro del mundo lo que acarreará problemas con la DEA -mayormente su cuñado- y los narcos locales. A ésto hay que añadir las turbulencias derivadas de compaginar su nueva carrera profesional y la familiar.
-Unos planos llenos de belleza: imposible olvidar los encuadres de la pizza en el tejado o el plano en el fried chicken en el que el empleado mete las patatas en la freidora y la cámara parece que está dentro del aceite.
-Unas secuencias imborrables (aquí hay SPOILERS): el narcorrido de los Cuates de Sinaloa, el prólogo de Danny “Machete” Trejo para demostrar lo salvajes y duros que son los sobrinos de Tuco, el sobrecogedor accidente aéreo, Jesse escuchando una y otra vez el mensaje del contestador de su novia muerta, el alucinante tiroteo de Hank en el parking y no decimos más porque no tenemos espacio.
Unas interpretaciones absolutamente impecables. Insustituible dupla protagonista. Bryan Craston (el padre calzonazos de Malcom in the middle) marca el desarrollo de la serie, cuanto más señor Heisenberg (su alias delictivo) y menos Sr. White es, más y más oscura se vuelve la serie. El coprotagonista, Aaron Paul, su personaje estaba planeado que iba a morir en la primera temporada y ahora es un pilar básico de la serie.
En cuanto a los secundarios, están sobresalientes todos, pero ahora nos detendremos brevemente en tres:
 -Bob Odenkirk. Este tipo que aparece a la izquierda no es Kevin Costner aunque haría mucho mejor que él todos sus papeles de simpático perdedor.
El bueno de Bob ha salido de la inagotable cantera del Saturday Night Live de la NBC y la borda como Saul Goodman, abogado charlatán, sinvergüenza y oportunista. Su personaje merece un spin off. Ojalá que le veamos en un montón de producciones a partir de ahora.





-Jonathan Banks hace de tío duro, muy duro. Miren la foto, una foto vale más que el nombre y el apellido.
Naturalmente en Breaking Bad se sale, tal vez porque toda su vida ha hecho de duro o de malo o de las dos cosas a la vez. Deténganse en imdb; Lou Grant, Hill St Blues, Superdetective en Hollywood, Gremlins, Límite 48 horas, Walker Texas Ranger, Falcon Crest... La lista es inmensa. Vaya crack!




-Giancarlo Esposito. El lector de La Gallina Vasca se ha hartado de ver Do the right thing/ Haz lo que debas/ Egintzazu behar duzuna (Spike Lee, 1989). De esta película nos quedó grabada a fuego la maravillosa escena en que un blanquito con una cami de Larry Bird le pisa sus flamantes zapatillas Nike Jordan. “voy a partirte el culo dos veces. ¿quién te manda pisar mis Jordan? ¿Quién te manda andar en mi acera? ¿Quién te manda comprar un piso en mi bloque, en mi calle, en mi barrio? Tienes suerte de que sea un negro educado, si no las pasarías putas!”

Veinte años después, Giancarlo Esposito sigue demostrando que es un actor como la copa de un pino con su virtuoso papel de jefazo narco: el señor de los pollos.
Giancarlo Esposito... ¿será familia de Josu y Unai?



*C10H15N es la fórmula química de la metanfetamina y 149.24 su masa molecular. Ambas aparecen en los títulos de crédito al comienzo de cada episodio.


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