La Gallina Vasca, 18 mayo 2013
Dejamos la tele y renunciamos a la
indemnización.
Se acabó. Boskovita se retira. Ver la
tele fatiga y escribir sobre ella destruye. Para que hablar de los
lectores, cada día más caprichosos, cada día más amargados, cada
día menos. La tele es un valor a la baja, como un piso de periferia
con alicatado setentero. La tele es un ente moribundo ahogado por los
móviles smart, las publicaciones en facebook y las seriesyonkis. Los
síntomas alarmantes de marchitamiento aparecieron con el surgimiento
del tdt, como si la multiplicación de canales y de oferta para el
televidente amplificara el hedor a podrido. Los programas de humor
dan ganas de llorar y los debates serios dan ganas de reir, los
espacios deportivas están poblados de gente gorda y los programas de
tendencias de monstruos impresentables.
Ni siquiera estas paradojas
postmodernas nos consuelan. Ya nada nos conmueve, ni los tertulianos
fachas autodenominándose liberales, ni el patetismo de los
buscadores de fama en el penúltimo reality absurdo, ni los consejos
del telediario para que su hija no vista como una puta.
Estamos hasta los cojones y tenemos
nuestras razones para estarlo. Todo comenzó hace dos semanas cuando
nos enteramos que habían expulsado a una concursante de Gran Hermano
por el siguiente comentario: "Yo a la única manifestación a la
que he ido ha sido a la de la vuelta de ETA" Naturalmente al
principio pensamos que era una hábil jugada de Tele5 para recuperar
la audiencia que la exhibición de tetas de su presentadora espantó
semanas antes. Pero no, la cosa iba en serio, la Asociación de
Víctimas del terrorismo y los anunciantes ultras habían conseguido
una cosa insólita, expulsar ilícitamente a una competidora
televisiva por la dudosa calidad humorística de un comentario.
Todavía no sabemos quién es peor, si los de la AVT por ver Gran
Hermano sin estar concursando Rosa Díez, la Mercedes Milá por ser
un avestruz en lugar de la audaz periodista que reclama ser o Argi
(la damnificada) por no salir en Antena3 denunciando el vil tongo al
grito de Gora ETA.
Por si esto fuera poco, hace un par de
días apareció Iggy Pop en El hormiguero. Pues eso, todo lo que se
puedan imaginar y peor. El mito vivo participando en las patochadas
de los pseudo científicos del programa. Pablo Motos sacando la
guitarra y forzando a la iguana a cantar una tontería de turno. Y
los realizadores del programa pinchando continuamente “The
passenger” cada vez que Iggy decía más de tres palabras seguidas.
Todos sabemos que el seguidor medio del Hormiguero no puede digerir
frases largas.
Iggy, la mar de simpático y sonriente.
Todavía no sabemos si era porque había tomado algo o si se
descojonaba por lo bien que pagan en España el hacer un poco el bobo
participando en juegos infantiles de nivel principiante. Pero aquí
no acabó la cosa, como Motos había estado un poco contenido ante la
magnitud del invitado, apareció de la nada Mario Vaquerizo para dar
ese toque de grima y oligofrenía que el programa exige. Mario
hablando en inglés, Mario explicándose, Mario adulando... Pues eso, Mario en su salsa, Iggy,
flipando y nosotros pensando para nuestros adentros “Nunca más”
No te vayas, no nos dejes!!! Quién nos va a explicar de que va esto de la tele???!!!
ResponderEliminarDesde el cariño y respeto:
ResponderEliminarComo lo dejes te vamos a partir la cara... payaso!
Queremos más!
PNA
...lo mejor que he leído en lo que va de año, gran ensayo!!!
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