martes, 13 de abril de 2010

FABIAN CANCERALLA

Abril, mes del ciclismo:
Primer domingo de abril, el Tour de Flandes. Segundo domingo, Paris-Roubaix. Entre ambos domingos, Vuelta al País Vasco. Tercer domingo, Amstel Gold Race. Cuarto domingo, Lieja-Bastogne-Lieja. Y el miércoles entre estos dos últimos, la Flecha Valona.

Ya hemos pasado los dos primeros domingos y hay un único ganador: Fabian Canceralla. En Flandes se escapó con el otro gran favorito, el flamenco Tom Boonen, al que dio la estocada en la terrible rampa final del Mur de Grammont: 20% de desnivel en piso adoquinado, casi nada.
Ambos ciclistas serían los favoritos también el domingo siguiente en el infierno del Norte. Comenzaron los hostilidades como es habitual en el primer tramo adoquinado en Arenberg a 80 kilometros de la meta.
El estrecho marcaje entre Boonen y Canceralla parecía presagiar que la victoria no se decidiría hasta el decisivo tramo de Carrefour de LÁrve a 15 kilometros de la meta. Sin embargo Spartian Canceralla sorprendió a todos al atacar sobre el asfalto, algo inusial en el infierno que siembre se decide sobre el pavé. El espartano se vio en solitario a 50 kilometros de meta (antes del mítico tramo de Mons-en-Pavele) y a partir de aquí la ventaja sobre sus seguidores fue aumentando paulatinamente hasta el final en el velódromo de Roubaix.
Decidida la carrera tan temprano, sólo nos quedó deleitarnos con el estilo de Canceralla sobre la bicicleta, su inagotable ansia de pedaleo y su pasmosa facilidad para mover el plato sobre el adoquín.


Rescatamos un antigua producción Boskovita. La Paris-Roubaix del 2004, la última de nuestro venerado Johan Museeuw aka el León de Flandes que tenía como compañero de escapada a un jovencísimo Canceralla, 23 años. Deléitense, como lo hacemos nosotros, del entusiasta comentarista de la televisión francesa. Nosotros somos fans.


Paris-Roubaix 2004


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