miércoles, 6 de junio de 2012

JOHAN MUSEEUW, EL LEÓN DE FLANDES. # LA GALLINA VASCA 65




El león con los cojones más grandes nunca jugó en San Mamés.



Este año el flamenco Tom Boonen ha entrado por las puertas de la historia del ciclismo, con sus victorias en el Tour de Flandes (Ronde van Vlaanderen) y en la Paris-Roubaix (El infierno del Norte) iguala el record de tres victorias en la primera prueba (Compartido con los belgas Buysee, Leman y Museeuw y el italiano Magni)) y cuatro en la segunda, compartido con “Monsieur Paris-Roubaix” Roger De Vlaeminck.
Aprovecharemos por ello, para hablar del mítico Johan Museeuw, el León de Flandes. el ciclista que más podiums ha conseguido en ambas pruebas. Porque Boonen es para Museeuw lo mismo que Platón era para Sócrates.

Nunca hemos sentido con tanta fuerza que un evento haya sido creado ex proceso para una persona. Dos carreras épicas para un corredor de leyenda.

Johan Museeuw tenía 24 años cuando ganó dos etapas en el Tour de Francia de 1990, incluída el prestigioso sprint del último día en los Champs-Élysées de Paris. Tras cruzar la meta, un periodista galo se acercó al ciclista flamenco y le soltó: “supongo que con esta victoria has colmado todas tus sueños de cuando empezaste en el ciclismo”. “No, -contesto Johan- cumpliré mis sueños el día que gane el Tour de Flandes”

1998, devorando el adoquín  de Kapelmur

Y lo ganó, en 1993, batiendo a su compañero de escapada Frans Maassen. Y volvió a ganar La Ronde en 1995 y 1998. De sus tres triunfos en Flandes sobresale el último. El león entró destacado en meta después de una cabalgada en solitario de las que marcan época.




Atrapado en el infierno del bosque de Arenberg









Su dominio aquel año en Flandes le señaló como claro favorito para ganar en Roubaix el domingo siguiente, sin embargo la fatalidad le aguardaba en el mítico tramo adoquinado del bosque de Arenberg. Museeuw cayó y destrozó su rótula contra el pavè. La herida se infectó y varios médicos nombraron la palabra prohibida: amputación. Cualquiera hubiera abandonado su carrera deportiva pero no el león. Johan se recuperó para ganar dos años después en el velódromo de Roubaix ante el asombro generalizado de la comunidad ciclista.




Paris-Roubaix, 2000. Museeuw cruza victorioso la línea de meta mientras señala al público la pierna que le querían cortar.













En agosto del mismo año, el león Museeuw tuvo un terrible accidente de tráfico cuando regresaba a casa en su Harley-Davidson. El choque frontal lo tuvo en coma durante 20 días y tuvo que estar varias semanas con la luz apagada para solucionar los problemas de vértigo derivados del brutal choque.
Corroborando una vez más el héroe moderno que es, Johan volvió a la élite del ciclismo ganando la Paris- Roubaix del 2002. En una legendaria escapada de casi 50 kilómetros bajo la lluvia y sobre el barro, el león entró en el velódromo de Roubaix con una diferencia de más de cuatro minutos respecto a sus perseguidores.
Esta victoria era la tercera en Roubaix. Inauguró su palmarés en esta prueba con un triunfo compartido. En 1996 el equipo Mapei dominó de tal manera la prueba que la tenían decidida muchos kilometros antes de finalizar. Gianluca Bortolami, Andrea Taffi y Johan Museeuw lideraban la prueba y su escapada no hacía más que crecer respecto a sus perseguidores. Llegado este momento surgió la duda, ¿quién atravesaría el primera la línea de meta? Patrick Lefevere ordenó que fuese el lider del equipo, Museeuw. La polémica llenó muchas páginas de periódicos italianos, Johan era el único no italiano de la escapada y sus compañeros tuvieron que esperarle después de dos pinchazos para regalarle la victoria en el velódromo. Además la relación casi paterno-filial de Lefevere con Museeuw no hizo más que avivar la controversia, algunos hablan de aquella jornada como el día que la Paris-Roubaix fue humillada.



Museeuw, Bortolami, Taffi. Una conversación telefónica decidió este orden de llegada.










Como no puede faltar en cualquier ciclista que se precie, El León de Flandes tiene su propio escándalo de dopaje, pero no hablaremos hoy aquí de eso porque no nos da la gana y no tenemos tiempo, como tampoco tenemos espacio para comentar su victoria en el campeonato del mundo de fondo en carretera en Lugano en 1996.
No nos importan estos turbios escándalos de médicos y jeringas, la imagen del león que se nos ha quedado grabada es la de su victoria en la aldapa de Gatika en la primera etapa de la Euskal Bizikleta de 1992.

LA TRILOGIA DEL LEÓN



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